TRATAMIENTOS EN DOMICILIOS. Un esfuerzo para abordar una problemática

La mayor parte de las empresas que ofrecen servicios de tratamientos o rehabilitadores (bien sea en traumatología, general o neurología) se enfrentan a la difícil decisión de crear el servicio “Tratamientos en domicilios” o no y con esta entrada queremos mostrar nuestra visión y  porque creemos importante que existan.

La cruda realidad es que, a nivel organizativo poder realizar sesiones en casa es un auténtico quebradero de cabeza, no solo por “¿a qué hora ponemos las sesiones en domicilios?” sino también por el tiempo de desplazamiento que supone al terapeuta que va a realizar la sesión o que ya la ha finalizado así como el precio de las mismas (no se podrían ofrecer al mismo precio porque la empresa siempre perdería y no sería viable, ni tampoco uno elevado ya que estaríamos condicionando el acceso a un tratamiento de calidad solo a quienes se lo puedan permitir).

Esto es algo que requiere reunión de equipo (de trabajo o directivo) con su discusión o debate y que sean ellos quienes lleguen a una decisión final ya que el servicio de tratamientos en domicilio es muy importante y se debe reflexionar sobre ella.

Existen numerosos motivos por lo que una persona no puede salir de su domicilio y la primera que se nos viene a la cabeza son las barreras arquitectónicas.

  • no pueda bajar o subir los escalones que hay a la entrada del portal
  • no hay ascensor, por lo tanto, ni siquiera puede subir o bajar de su planta.
  • No puede tomar un autobús (que muchas veces llevan otras muchas barreras)
  • etc.


También debemos nombrar las habilidades cognitivas que se requieren para poder acudir al centro y que si una persona no presenta o ni dispone de un familiar, amigo que le ayude en este aspecto también le supondrán un obstáculo para el desplazamiento:

  • Planificación: hora de salida y decisión del medio de desplazamiento hasta el lugar.
  • Organización del tiempo: gestionar de forma eficiente todas las demás tareas cotidianas que deben estar realizadas antes de ir a sesión y después de la misa (preparación de comidas, compras, cuidado de los hijos, trabajo etc.)
  • Orientación espacial y memoria: para el recorrida y lugar de destino (pensemos en personas con enfermedades neurodegenerativas tipo Alzheimer)
  • etc.


La logística familiar juega un papel crucial en estos casos, si la persona no puede acudir de forma independiente a sesiones precisará de un familiar, amigo o pareja que le acompañe, por lo que entra a escena la organización y rutina diaria de una persona más a la que tener en cuenta para el horario de las sesiones porque aunque las sesiones sean de 60 minutos por ejemplo, hay que reflexionar también sobre el tiempo de preparación anterior y el tiempo de vuelta al domicilio o al trabajo (o a cualquier actividad de la vida diaria que toque después).

Y aunque aquí están descritas solo unas pocas de las causas por las que un paciente se quedaría sin recibir tratamiento existen muchas más, casi tantas como individuos hay en el mundo con las circunstancias personales que le rodean y que generar injusticia a la hora de acceder a un servicio que necesitan y que sea de calidad.

Como terapeutas sabemos que el tratamiento en el centro nos da muchas más herramientas y posibilidades en sesión, disponemos de medios como camillas, material de trabajo o herramientas que en domicilio no están presentes y que hacen que el profesional tenga que poner en juego su creatividad para «arreglárselas». Pero, quizás porque soy terapeuta ocupacional no veo ésto como una dificultad sino como una posibilidad de entrenar con aquello que realmente es útil en el aprendizaje (tanto en patología traumatológica como en neurorrehabilitación) que son las cosas cotidianas así como la oportunidad de trabajar la independencia justo en el medio donde debería estar presente.


El servicio de tratamiento en domicilio cumple el importante objetivo de acercar la salud , bienestar físico, emocional o cognitivo y la calidad de vida a todas las personas que sea posible y que la razón de “no poder desplazarse hasta el centro” no sea la causa por la que una secuela derivada de un daño cerebral o traumatológico no se recupere y se resigne a una vida más dependiente

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