La disfagia es un trastorno de la deglución, caracterizado por una dificultad en la preparación del bolo alimenticio en la boca o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el esófago.
La dificultad puede ocurrir en cualquiera de los procesos implicados, ya sea en la boca (preparación y colocación del bolo, propulsión del bolo hacia la faringe), en el cierre correcto y elevación de la laringe (evitando el paso de la comida o líquidos hacia la vía respiratoria), o en la apertura o cierre del esfínter superior del esófago (si no se abre y el bolo permanece ahí hay riesgo de que penetre en la vía aérea).
La alteración puede deberse a un daño neurológico, envejecimiento o atrofia de los órganos implicados, secuelas de tratamiento con radioterapia, cirugías de cabeza o cuello, etc.
Este trastorno puede presentarse en cualquier momento de la vida, por lo que puede aparecer desde la infancia hasta la vejez.
Los síntomas más significativos de la disfagia son:
– Dificultad al tragar o imposibilidad.
– Tos durante las comidas.
– Atragantamientos durante las comidas o con la saliva.
– Babeo.
– Sensación de cuerpo extraño en la garganta.
– Dolor al tragar.
– Fiebre o aumento de temperatura tras las comidas.
– Pérdida de peso.
La disfagia puede llevar a diversas complicaciones, como deshidratación y desnutrición, también puede conllevar infecciones respiratorias de repetición, así como asfixia.
El tratamiento de la disfagia orofaríngea lo realizan los logopedas, e irá encaminado a que el paciente trague de forma segura (que el bolo no penetre en la vía respiratoria) y eficaz (que el paciente esté nutrido e hidratado). Si nota alguno de estos síntomas debería contactar con un logopeda titulado