EL SISTEMA CRANEO- SACRO Y SU TRATAMIENTO

A veces un paciente manifiesta un dolor inespecífico, poco concreto, de aparición sin una causa clara, y que además normalmente a este cuadro se le suma una situación de estrés, de preocupaciones, angustia, o de alteración del estado emocional, que el paciente nos transmite. Realiza tratamiento convencional y no acaba de mejorar, puede ser entonces que su disfunción no sea propiamente músculo- esquelética, sino que tengamos que ir un poco más allá, y valorar entonces si el origen primario de su afectación es debido a una alteración en el sistema cráneo- sacro.

¿y qué quiere decir todo esto de cráneo- sacro?

Esto tiene que ver con el sistema fascial del que hablé en otro post anteriormente, por el que somos una red ininterrumpida. Esa fascia que nos rodea completamente, conecta cada espacio corporal, nos da sostén y protección, también tiene un constante ligero movimiento.

La fascia al tener inserciones óseas, conecta con la fascia extradural (la que envuelve a la médula espinal) y con las meninges.

W Sutherland hace ya 100 años, con sus investigaciones definió lo que hoy en día se conoce como ritmo cráneo- sacro, a través de observar 5 principios:

– la movilidad inerte del sistema nervioso.

– la fluctuación del líquido cefaloraquídeo.

– la movilidad espontánea de las membranas intracraneales y espinales.

– la movilidad entre los huesos del cráneo.

– movilidad involuntaria del sacro entre los 2 ilíacos.

El rítmo cráneo- sacro es característico de cada persona, pero todos lo tenemos, es cíclico y rítmico, y muy muy pequeño y sutil, de hecho este ligero movimiento se mide en micras.

Cada ciclo presenta 2 fases:

  • Fase de flexión: en la que hay como una expansión del cuerpo, como si se abriera y rotara hacia fuera, y se nota en el cráneo una flexión, y en el sacro se verticaliza.
  • Fase de extensión: en cuerpo se rota internamente como si se contrajera hacia dentro, como si se replegara. A nivel del cráneo se produce una extensión, y la base del sacro se mueve hacia anterior, se horizontaliza.

Los investigadores dicen que el ritmo craneal contando como 1 ciclo el movimiento de expansión y compresión, se produce con una frecuencia de unos 6 a 12 ciclos por minuto.

El sistema cráneo- sacro y su funcionamiento se explica gracias a la duramadre que es la que engloba y protege a este sistema hidráulico semicerrado. Ya que la duramadre es la que envuelve al cerebro y a la médula espinal, y ligado a esto tenemos el líquido cefaloraquídeo el cual se encuentra siempre en circulación dentro de este medio. El líquido cefaloraquídeo se genera, hay un cambio de presión, de forma que se vuelve a reabsorber, por ello no debería acumularse este líquido. Pero cuando es mal distribuido es cuando pueden aparecer patologías, relacionadas con un flujo débil del líquido cefaloraquídeo, por zonas de restricción donde no circula fluidamente.

 

                                                                 

Por otra parte, a nivel craneal podemos también trabajar con estas técnicas, teniendo en cuenta que los huesos del cráneo son también continuación de la fascia que nos envuelve, con el tratamiento craneal podemos restaurar posibles tensiones de esa membrana que envuelve a estos huesos del cráneo.

Muchas veces podemos encontrarnos tensión en este sistema de membranas, que como se insertan en los huesos craneales, también transmiten esa tensión a estos.

Este tratamiento es global, podemos influir con él en:

  • Dolencias de inicio espontáneo y sin causa aparente.
  • Dolores relacionados con la parte cráneo-cervical (dolores de cabeza, rigidez de cuello, sinusitis…)
  • Malestar corporal debido a altos niveles de estrés y ansiedad.
  • Afectaciones relacionadas con los pares craneales.
  • Alteraciones en la esfera bucal.
  • Problemas de sueño, y relacionados con el estado emocional.
  • Restaurar tensiones en los huesos craneales en los recién nacidos.

 

 

 

 

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